La higiene personal es fundamental para nuestra salud e imagen personal y ha conseguido acabar con las grandes infecciones de la historia. Dicho esto y sin la intención de brindar la excusa perfecta para los más "guarrillos", hay gran cantidad de estudios que hablan de que en exceso es perjudicial, sobre todo para los niños.

 

En esos primeros años, es cuando vamos dando forma a nuestro sistema inmune. Una exagerada limpieza del hogar o de higiene personal provocará que el cuerpo no se exponga a los gérmenes, lo cual es imprescindible para generar los anticuerpos que se necesitarán en el futuro para combatir las enfermedades. Nuestro sistema inmune no trabajará lo suficiente y se volverá débil.

 

También eliminaremos algunos tipos de bacterias que se encuentran en las barreras

físicas de la piel y las mucosas y que no son perjudiciales. Bacterias con las que

llevamos miles de años conviviendo en equilibrio y que son beneficiosas y necesarias

para nuestro organismo pues evitan la entrada de otros agentes patógenos externos

que si son perjudiciales.

 

Esta obsesión con la limpieza en la sociedad actual está provocando sobre todo

problemas de la piel, del sistema respiratorio o enfermedades alérgicas entre la

población. Problemas estos que en los últimos años no paran de crecer.

 

Desde los años 70 se viene hablando de la "teoría de la higiene". Diferentes estudios relacionados nos dicen que:

 

Los hijos de familias numerosas son menos susceptibles a las alergias, sobre todo los más pequeños, porque con sus hermanos están expuestos desde que nacen a más infecciones.

 

La Universidad de Illinois corrobora que los niños que conviven con animales o en contacto con la naturaleza sufren menos alergias.

 

Una investigación de referencia sobre patologías intestinales que se publicó en 1994 en la revista The Lancet, nos dice que el aumento de enfermedades inflamatorias en los países desarrollados también se atribuye a la ausencia de algunas bacterias.

 

La disminución de la biodiversidad bacteriana también podría influir en otras enfermedades relacionadas con el sistema inmune, como la diabetes, la obesidad e incluso la esclerosis múltiple.

 

Un estudio de la Universidad de Oklahoma, ha demostrado que mantener una cara limpia de forma obsesiva, a través de la aplicación de productos químicos como los exfoliantes o las cremas hidratantes, suelen causar más daño a la piel del que se esperaría, cuando las personas tienen predisposición genética a padecer acné.

 

Un estudio sobre el Alzheimer realizado por la Universidad de Cambridge, basado en los datos de incidencia de la enfermedad en 192 países encontró que los países pobres, donde el contacto cotidiano con los microbios y bacterias es mayor, la aparición de la enfermedad es menor.

 

Por último y como anécdota: En países del norte de Europa existe desde hace años una tradición denominada "la siesta nórdica". Los padres ponen a sus bebés fuera de la casa (en el coche, en el porche o una ventana) para que duerman la siesta  al aire libre y a temperaturas incluso bajo cero. ¿Increíble verdad? de esta manera consiguen que los bebés duerman más y mejor, y a la vez aumentan su inmunidad contra las bacterias.